jueves, octubre 20, 2011

La pesca en el sur no será afectada por las cenizas

Las poblaciones de peces y la pesca deportiva para la próxima temporada de verano en la Patagonia Norte no se verán afectadas por las cenizas provenientes del volcán Puyehue, según se desprende de un informe elaborado por especialistas de diferentes organismos públicos y privados..

El trabajo, titulado ‘Mitos y Realidades’, fue realizado por personal de la Administración de Parques Nacionales (APN), y especialistas de la Universidad Nacional del Comahue, del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente dependiente del CONICET, la Asociación de Caza y Pesca Nahuel Huapi y la Asociación de Guías de Pesca. Los encargados del proyecto, Leonardo Buria, de la APN, y Pablo Vigliano, de la Universidad Nacional del Comahue, salieron al cruce de informaciones alarmistas aparecidas en algunos medios de comunicación que sostenían que los peces y la reproducción natural en la zona se verían seriamente afectados por las cenizas. Incluso, estas informaciones han llegado a aventurar posibles efectos negativos a largo plazo, indicándose que se podría ver reducida la calidad de la pesca durante temporadas futuras, además de afectarse la próxima temporada de verano, que se inicia a principios del próximo mes de noviembre.



“Como resultado se pudo establecer que la información que ha circulado fue, al menos, alarmista y no se encuentra basada en datos concretos de monitoreos ni evaluaciones integrales con metodologías apropiadas de análisis, fundamentándose principalmente en especulaciones personales sobre escasas observaciones puntuales”, se indicó en el estudio. En base a diferentes resultados de acciones de monitoreo de los distintos organismos, salidas de evaluación de las poblaciones peces y de nutridas observaciones de campo, se determinó que los posibles efectos de la ceniza sobre los peces dependen de la cantidad y características del material que cae en un sitio determinado.



En tal sentido, se estableció que los peces de la cuenca del río Limay, donde la ceniza caída afectó especialmente los sectores cercanos al volcán (Brazo Rincón del Lago Nahuel Huapi y Lago Espejo), se desplazaron y alejaron a sitios menos afectados por su ubicación, como los brazos Blest y Tristeza del Lago Nahuel Huapi y el Lago Gutierrez. “La ausencia de mortalidades masivas de peces en la alta cuenca y aun en los sitios más afectados luego de la caída de cenizas, apoya la teoría del desplazamiento”, se describió. “Adicionalmente –agregó el informe-, distintos análisis de muestras de peces de varios sitios de la cuenca indican que los mismos se encuentran en muy buen estado sanitario”. Asimismo, los especialistas concluyeron que “dado que los salmónidos en el lago Nahuel Huapi y otros ambientes de la alta cuenca no muestran fidelidad a determinados arroyos y que existe un conjunto común de especies, cabe esperar que los sitios más afectados no sean utilizados para la reproducción esta temporada y los peces desoven en sitios alternativos”.



También se destacó el monitoreo realizado el pasado mes de septiembre por la Asociación de Guías de Pesca y miembros del Club de Caza y Pesca Nahuel Huapi, que acompañados por personal del Parque Nacional Nahuel Huapi, puso en evidencia la presencia de peces saludables en diversos estadios de reproducción en lagos, y ríos de la zona (incluso en áreas muy afectadas).“Se observó que algunos de los principales sitios de desove del río Limay y de arroyos de la cuenca no se vieron mayormente afectados, comprobándose la presencia de una nutrida población de peces en los mismos”, se precisó. Por otra parte, en el informe se destacó que en los múltiples análisis de muestras de agua desde el inicio de la caída de cenizas, “no se registran cambios significativos en los principales parámetros químicos y físicos que pueden afectar a los peces”. “Es decir, los efectos negativos principales de las cenizas se pueden relacionar con su presencia física y no con otros elementos que ellas pueden acarrear y eventualmente depositar en el agua”, precisaron los especialistas.



Esto apoya los resultados de las prospecciones que no han demostrado la existencia de mortandades masivas que se podrían asociar a cambios bruscos de las condiciones del agua, a diferencia de lo observado en Chile. En el estudio se aseveró que “tanto los peces nativos como los introducidos enPatagonia han evolucionado en contextos geológicos donde sus antepasados han sido sometidos en múltiples ocasiones a este tipo de episodios”. “Es por este contexto histórico que cabria esperar que cualquiera haya sido el efecto sobre los mismos eventualmente se recuperen naturalmente, máxime teniendo en cuenta como ya se mencionó que el efecto mayor es sobre una porción de la cuenca”, se señaló.



Finalmente, se aconsejó “no implementar supuestas medidas de recuperación de las poblaciones de peces sin que se completen los estudios pertinentes sobre el estado actual y evolución futura de las poblaciones”. “La implementación de medidas de este tipo tomadas sin evaluación pueden ser contraproducentes para el ambiente y las poblaciones de peces afectando gravemente las pesquerías recreacionales de esta importante cuenca”, concluyeron.

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