Con un almuerzo de sabores regionales, maridado con vinos y aceites de oliva riojanos, música folclórica en vivo y una invitación a descubrir paisajes únicos, la provincia de La Rioja presentó este jueves su Temporada de Invierno 2025 en la Casa de La Rioja en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con objetivo claro: posicionar a la provincia no solo como un destino, sino como una experiencia auténtica y memorable para el visitante.
El evento, encabezado por el secretario de Turismo provincial, José Rosa (foto arriba), contó con la participación estelar de los chefs Diego de la Vega y Sergio Coock, quienes pusieron en valor la identidad culinaria riojana. Medios de prensa y referentes del sector turístico fueron los invitados de honor a una degustación que incluyó desde el icónico Torrontés Riojano -única cepa blanca de origen argentino- hasta aceites de oliva virgen extra de producción local, maridando la propuesta con panes caseros, aceitunas y frutos secos.
Turismo como política de Estado: El motor del desarrollo riojano
«Lo que queremos mostrar no es solo un destino, sino una experiencia auténtica», subrayó José Rosa, enfatizando el compromiso del gobierno provincial en consolidar el turismo como una política de Estado. «En momentos difíciles como este, el turismo sigue siendo una oportunidad de desarrollo, sobre todo en el interior profundo, donde cada experiencia genera empleo, arraigo y orgullo», afirmó el funcionario.
Rosa destacó el notable crecimiento en infraestructura turística en los 18 departamentos de la provincia, fruto de inversiones estratégicas. Además, resaltó la articulación virtuosa con productores locales, guías, artesanos y emprendedores gastronómicos, pilares fundamentales de la oferta turística riojana.
Nuevas rutas y experiencias: Del vino al bienestar termal
Una de las grandes apuestas para esta temporada es la consolidación de dos circuitos temáticos con conectividad garantizada: la Ruta del Vino y la Ruta del Olivo. La primera invita a recorrer 17 de las 34 bodegas riojanas preparadas para el enoturismo, desde la capital hasta el corredor Chilecito-Famatina. La Ruta del Olivo, por su parte, promete un viaje inmersivo por establecimientos olivícolas que combinan producción artesanal y degustaciones directas.
«Muchas veces el turismo impulsa la producción, y otras veces sucede a la inversa. Hoy podemos ofrecer visitas a bodegas boutique, degustaciones y hasta alojamientos entre viñedos», expresó Rosa, mencionando ejemplos como la bodega Chañarmuyo y el Hotel Entre Viñedos sobre la Ruta 40.
Además, La Rioja redobla su apuesta por el turismo de bienestar con mejoras significativas en las Termas de Santa Teresita. Se han instalado nuevos glampings con piletas termales, campings diurnos y emprendimientos privados de alojamiento premium, descentralizando la oferta y generando oportunidades incluso en el «interior del interior».
Alojamiento experiencial y altas expectativas
El secretario de Turismo también hizo hincapié en el auge de las modalidades de alojamiento experiencial, como el glamping, cabañas premium y módulos habitacionales. «El turista ya no busca solo el hotel tradicional; quiere despertar entre viñedos o frente a la montaña y vivir algo distinto», explicó, destacando que este tipo de inversiones, más ágiles y económicas, están siendo adoptadas por pymes locales y emprendedores.
A pesar del complejo contexto económico nacional, las expectativas para la temporada invernal son altas, con más de 10.000 plazas disponibles y reservas que ya comienzan a registrarse. «Sabemos que los números no nos van a acompañar como en años anteriores, pero es un buen momento para el norte argentino», reconoció Rosa.
Con paisajes que van desde quebradas rojizas hasta imponentes cordones montañosos, y destinos icónicos como Talampaya (Patrimonio de la Humanidad), la Cuesta de Miranda o Laguna Brava, La Rioja se consolida como un destino competitivo y accesible. «Queremos que quien nos visite se lleve algo más que una foto: que se lleve una historia, un recuerdo, una conexión», concluyó Rosa, extendiendo la invitación a vivir un invierno con calor humano, cocina de raíz y paisajes que emocionan. (epshiysei-na).